TALLER DE MEDITACIÓN
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miércoles, 13 de abril de 2011

Primeros pasos en la meditación

  En nuestro trabajo meditativo, tratamos de llegar de alguna manera a revisar la trama profunda de relaciones. Aquello que se ha transformado en estructura. A medida que las actitudes, comportamientos, el tipo de relaciones que establecemos con personas y cosas, se van consolidando se produce un refuerzo en la estructura. Con el paso del tiempo parece mucho más difícil el poder transformar ese marco de soporte a partir del cual se siguen agregando capas de conocimientos nuevos, todo lo que es conciente en algún  momento pasa luego a formar parte de esa estructura de soporte, transformándose en esa trama oculta que siempre es influencia activa o pasiva.
    En palabras de Chiozza, con la claridad que a veces algunos pueden dar a sus palabras:

   “Bateson (1972), en  Pasos hacia una ecología de la mente, plantea 
un metamodelo que aplica tanto a la comprensión de la evolución 
biológica como a la evolución de las ideas dentro de lo que denomina un 
ecosistema. Apoyándonos en sus conceptos, podemos concebir que todo 
lo que es antecedente funciona actualmente como una “trama de fondo”, 
inconciente, constituida por la persistencia de configuraciones antiguas 
que en su momento han sido “figuras” concientes y que han “sobrevivido” 
resistiendo a la presión selectiva ejercida por otras configuraciones. Lo 
nuevo, en lo actual, puede ser concebido como una nueva “figura”, como la 
creación de una “forma” inexistente antes, surgida como producto “mixto” 
de un encuentro entre la “trama” inconciente antecedente y la ocasión 
particular y presente que ocupa la conciencia (Chiozza, 1980g).
Si aplicamos este metamodelo a la conducta de un individuo en 
su medio, podemos concebir que tanto los actos motores como los 
procesos perceptivos (sensoriales y sensitivos) poseen “tramas de fondo”, 
constituidas por pautas, códigos o claves inconcientes que a su vez, cuando 
fueron concientes, fueron figuras que se des tacaban de otro fondo. Esas 
pautas subyacentes, propias y específicas de cada proceso, funcionan 
interrelacionadas en un retículo que configura un sistema, y en la medida 
en que integran una trama, han perdido su carácter de figura.”


  El trabajo con la meditación permite un acercamiento y revisión de esas estructuras profundas, para, en la medida de lo posible, en cada caso particular reconocer y recrear substituyendo el ligando de la energía creativa con las fuerzas que operan desde lo más profundo del inconciente humano y estableciendo la reparación a través de una imagen substitutiva que surge de manera sintética sobre las imágenes profundas alcanzadas. Este trabajo es obviamente gradual y progresivo, no es algo que se alcance de una vez y para siempre, es un trabajo plagado de búsquedas, errores, encuentros, aciertos y desaciertos, pero siempre propiciando, en la primera etapa de la vía meditativa, que en nuestro sistema de trabajo esta constituido por la etapa liberatoria, un acercamiento a esas fuentes profundas, partiendo de una necesidad de orden desde el origen de la meditación. Es decir que el enfoque que se haga en los primeros pasos, la expectativa generada, deben ser graduadas y atentas a la necesidad de cada participante particular, para evitar el fomento de patologías activas o latentes.
   La primera etapa de la meditación es entonces la etapa liberatoria, que constituye la evaluación, toma de conciencia y revisión de todos los mandatos que como sujetos sostenemos tanto, activa como pasivamente. Estos mandatos se ven todo el tiempo reforzados, confirmados o revisados en el encuentro con los nuevos mandatos que la cultura de la época va imprimiendo en cada uno de nosotros como sujetos de una sociedad.
   Resulta entonces verdaderamente difícil definir, que es meditar o que es la meditación. A priori hablamos de nuestro trabajo como meditación, pero en estos primeros momentos del viaje, cuando uno se enfrenta a la revisión y reestructuración, en esta etapa liberatoria, es realmente difícil establecer una demarcación concreta del final de esta etapa liberatoria y si la misma puede ser llamada o no meditación. En algún punto quizás resulta un tanto intrascendente y es obviamente un paso imprescindible para poder alcanzar lo que en otras culturas o sistemas suelen llamar meditación. La duración de esta primera etapa liberatoria dependerá del sujeto y las circunstancias presentes en su vida y la posibilidad que tenga de modificar su actitud y manejar las influencias del entorno. Pero a la vez en la medida que este trabajo se profundice y sin haber terminado con el mismo, aparecen ya encuentros con imágenes o vivencias, vinculadas a la segunda etapa del camino meditativo, la vía iluminativa. 

1 comentario:

  1. Te Felicito!!!
    Esta muy bueno el blog. Muy interesantes tus notas, me hicieron pensar y recorrer un poco mis situaciones pasadas y las del presente. Eso de las estructuras… como si fueran capas de pintura… sacas una y debajo hay otra y otra… que fueron pintadas, por elección, de un color… determinado por nuestro estado anímico y otras cuestiones por la que uno paso.

    Esas estructuras arraigadas, algunas que nos hacen MUY BIEN y otras Tan Mal.


    Me alegro MUCHISIMO, por el camino que estas transitando. Siempre caminaste por el camino del BIEN pero ahora lo alimentas MÁS, lo cuidas MÁS y eso te llena de Amor (que ya tenías bastante…) que vos sabes dar… el simple hecho de dar.
    Roberto Fernández.

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