TALLER DE MEDITACIÓN
Reinicio actividades 29/2/2016
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sábado, 16 de abril de 2011

Suele la gente preguntar, que es lo que hacemos.

   Trato muchas veces de poder explicar, transmitir, en que consiste nuestro trabajo. El trabajo de la meditación. Realmente está plagado en este momento el territorio. Nadie tiene la verdad en estas lides, simplemente cada uno tiene una vía de trabajo o acceso.
   Nosotros tratamos de trabajar a partir de la salud, animando y alentando todo aquello que la convoca, la invita a manifestarse, aquello que ayuda a la gente a vivir. A vivir una realidad centrada, que reconoce limites, que se comunica con ese primer eje que es la comunicación con uno mismo. Por eso solemos empezar el trabajo con una etapa liberatoria donde se trabaja con los mandatos, se revisan, se ordenan, se descartan o se adhieren. Partimos de la conciencia reflexiva, esa capacidad de la especie humana de flexionarse sobre uno mismo, de pensarse, reconocerse, desconocerse. Pero a partir de esa reflexión damos un paso más hacia la conciencia posesoria. Esa conciencia que empieza centrándose en la respiración, como guía, como primer toque en un camino, como señal e invitación. Cuando la respiración se aquieta, el cuerpo comienza a relajarse, el pulsar de la sangre se hace más rítmico, todo el cuerpo va entrando en otra fluencia diferente, hay una ralentización progresiva y gradual, se activa el parasimpático, y el cuerpo entra en esos momentos de nutrición. A la vez la relajación corporal, libera… permite que fluyan las emociones que están atrapadas en la tensión… por eso algunas veces la gente se asusta o desiste en estos comienzos. Todo el mundo quiere sentir, pero no demasiado, nos dice la experiencia. Por eso trabajamos desde lo gradual, convocando primero imágenes que fomenten la relajación, armónicas, saludables, aquietantes. Para una vez realizado este primer paso poder abrir la compuerta a otras sensaciones que necesitan ser liberadas, escuchadas, transformadas en salud. Toda emoción cautiva toma cuerpo de alguna manera, encuentra su vía de expresión a través del silencio. Es realmente apasionante el trabajo. Se va desarrollando esa conciencia posesoria que permite adueñarse del propio desarrollo, siempre alentando lo posible y saludable.
   Los primeros pasos de la meditación consisten básicamente en pasar de nuestro estado habitual de conciencia activa, vinculada a los sentidos, profundamente influenciada por los mismos, dependiente del mundo interno y externo. A desarrollar progresivamente una conciencia pasiva. Una conciencia que no queda atada a la percepción sensorial en ninguna de sus formas, ni internas ni externas. Esta conciencia pasiva va desarrollando una capacidad de composición, al modo de una sinfonía, activando la imaginación creadora y realizando una vinculación profunda entre origen y destino, dándole un sentido diferente a todo lo que pasa.
   Este aquietamiento progresivo no consiste en poner la mente en blanco, expresión que no nos resulta del todo feliz y parece a veces complicar el terreno de trabajo. Preferimos el poner la mente en silencio. El padre Moreno siempre hacía hincapié en esto, en el silenciamiento de los ruidos. Solía decir: “El bien no hace ruido, el ruido no hace bien” y básicamente desde los sistemas eléctricos, hasta la comunicación por computadoras o lo que sea que se plantee, siempre es este un tema central como disminuir el ruido para favorecer la comunicación. Es un tema siempre interesante y que a nivel de trabajo conciente abre la puerta hacia caminos nuevos, de apertura profunda que suelen deparar grandes encuentros en la interioridad.
   Algunas veces siento que la tarea que emprendo es realmente difícil, que todo el mundo sabe de meditación, que escuchan a los Ángeles o tienen llamas azules, o purifican los ambientes tóxicos con llamaradas de luz violeta. Todas cosas que trabajadas seriamente seguramente serán muy útiles, pero que en la mayoría de los casos solo generan nuevas resistencias sobre un trabajo que alguna vez debe ser encarado con la seriedad que merece. Pero en esos momentos en que siento que mis fuerzas no me acompañan, que me siento perdido busco siempre algunas palabras que acompañen. Hoy comparto algunas de don Carlos Castaneda, su Don Juan y su desatino controlado:

   “Por eso un hombre de conocimiento elige un camino con corazón y lo sigue: y luego mira y se regocija y ríe; y luego ve y sabe. Sabe que su vida se acabará en un abrir y cerrar de ojos; sabe que él, así como todos los demás, no va a ninguna parte; sabe, porque ve, que nada es más importante que lo demás. En otras palabras, un hombre de conocimiento no tiene honor, ni dignidad, ni familia, ni nombre, ni tierra, sólo tiene vida que vivir, y en tal condición su única liga con sus semejantes es su desatino controlado. Así, un hombre de conocimiento se esfuerza, y suda, y resuella, y si uno lo mira es como cualquier hombre común, excepto que el desatino de su vida está bajo control. Como nada le importa más que nada, un hombre de conocimiento escoge cualquier acto, y lo actúa como si le importara. Su desatino controlado lo lleva a decir que lo que él hace importa y lo lleva a actuar como si importara, y sin embargo él sabe que no importa; de modo que, cuando completa sus actos se retira en paz, sin pena ni cuidado de que sus actos fueran buenos o malos, o tuvieran efecto o no.
"Por otro lado, un hombre de conocimiento puede pre­ferir quedarse totalmente impasible y no actuar jamás, y comportarse como si el ser impasible le importara de verdad; también en eso será genuino y justo, porque eso es también su desatino controlado".

   Buenas noches.

1 comentario:

  1. me quedé sin palabras, pero siento la necesidad de decir algo.
    llegó hasta ahí, lo más hondo que hasta ahora conozco de mi ser.
    gracias.

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