TALLER DE MEDITACIÓN
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martes, 20 de noviembre de 2012

El salto mortal del pensamiento


Eso solamente, dar un salto mortal. Le cedo la palabra a Carlos Castaneda en el conocimiento silencioso.


Naturalmente, quise que me explicara "el puro entendimiento". Él río y se sentó en una banca.
-Voy a decirte algo fundamental acerca de los brujos y sus actos de brujería -continuó-. Algo acerca del
salto mortal del pensamiento a lo inconcebible. Quizás esto te dé la clave para comprender el puro
entendimiento.
Dijo que algunos brujos se dedicaban a relatar historias. El narrar historias era para ellos no sólo el
explorador de vanguardia que sondeaba sus límites perceptuales, sino también su camino a la
perfección, al poder, al espíritu, al puro entendimiento. Guardó silencio por un momento; era obvio que
buscaba un ejemplo apropiado. Me recordó que los indios yaquis poseían una colección oral de eventos
históricos que ellos llamaban "fechas memorables". Yo sabía que las fechas memorables eran una
compilación de relatos orales de su historia como nación en pie de guerra contra los invasores de su
tierra: los españoles primero, los mexicanos después. Don Juan dijo de manera enfática, siendo él
mismo un indio yaqui, que las fechas memorables constituían un acopio de sus derrotas y de su
desintegración.
-¿Que dirías tú -preguntó- tú que eres un hombre educado, si un brujo que relata historias tomara un
relato de las fechas memorables, digamos por ejemplo, la historia de Calixto Muni y le cambiara el final?
En vez de decir que Calixto Muni fue descuartizado por sus ejecutores españoles, como realmente
ocurrió, él narrara la historia de Calixto Muni como el rebelde victorioso que logró liberar a su pueblo.
Yo conocía la historia de Calixto Muni, un indio yaqui quien, según las fechas memorables, sirvió
durante muchos años en un barco bucanero en el Caribe, con objeto de aprender estrategias de guerra.
A su regreso a Sonora, se las arregló para levantarse en armas contra los españoles y declarar la guerra
de independencia, tan sólo para ser traicionado, capturado y ejecutado.
Don Juan me instó a hacer algún comentario. Le dije que yo me veía obligado a creer que, el cambiar
un relato objetivo, basado en hechos reales, conforme él lo describía, era un recurso psicológico del
brujo narrador para expresar sus anhelos ocultos. O quizás una forma personal e idiosincrática de
aminorar la frustración. Agregué que inclusive hasta llamaría a ese brujo narrador un patriota, porque era
obviamente incapaz de aceptar la amarga derrota.
Don Juan se ahogó de risa.
-Pero no se trata sólo de un específico brujo que relata historias -arguyó-. Todos los brujos que relatan
historias hacen lo mismo.
-En ese caso, es una estratagema socialmente aprobada que expresa los anhelos ocultos de toda una
sociedad -respondí-. Una forma socialmente aceptada de desahogar colectivamente la tensión
psicológica.
-Tu argumento es locuaz, convincente y muy razonable -comentó-. Pero debido a que te falta el puro
entendimiento no puedes ver tu falla.
Me miró como si me estuviera persuadiendo a comprender lo que me decía. Yo no hice ningún comentario; cualquier cosa que hubiera dicho me habría hecho parecer resentido.
-El brujo que relata historias y que cambia el final de un relato real y socialmente aceptado -dijo- lo
hace bajo la dirección y los auspicios del espíritu. Como puede y sabe manejar su conexión con el
intento, puede también manejar el puro entendimiento y cambiar las cosas. El brujo narrador hace señas
de que ha intentado cambiar el relato, quitándose el sombrero, poniéndolo sobre el suelo y dándole una
vuelta completa de derecha a izquierda. Bajo los auspicios del espíritu, ese simple acto lo precipita
dentro del espíritu mismo. Ha dejado que su pensamiento dé un salto mortal a lo inconcebible.
Don Juan levantó el brazo por encima de la cabeza y, por un instante, apuntó hacia el cielo, sobre la
línea del horizonte.
-Debido a que su puro entendimiento es un explorador de vanguardia que sondea aquella inmensidad
-prosiguió don Juan- el brujo narrador sabe, sin lugar a dudas, que, en algún lugar, de alguna manera,
ahí en ese infinito, en este mismo momento, ha descendido el espíritu. El pensamiento ha dado un salto
mortal a lo inconcebible y Calixto Muni es el victorioso. Ha liberado a su pueblo. Su lucha ha trascendido
lo personal.
-¡Quién eres tú y tu pinche racionalidad para poner cadenas al pensamiento!

miércoles, 18 de julio de 2012

Caperucita Roja, según Eric Berne

Caperucita roja

Érase una vez una dulce niña llamada Caperucita Roja, y un día su madre le mandó a llevar comida a su abuela atravesando el bosque. Por el camino se encontró con un lobo tentador que pensó que ella era un bocado muy apetitoso. En vez de presentarse con aire solemne, el lobo le dijo que bailara, cantara, se escondiera y cogiera flores. Mientras ella se entretenía, el lobo fue a casa de la abuela y se comió a la anciana señora. Cuando llegó Caperucita Roja, él fingió que era su abuela y la invitó a meterse en la cama con él. Ella lo hizo, y observó muchas cosas peculiares en su aspecto, que le hicieron preguntarse si aquélla era realmente la anciana. Él primero trató de tranquilizarla, y luego se la comió (al parecer sin masticarla) Vino un cazador y la rescató abriendo al lobo en canal, y la abuela también salió viva. Entonces, Caperucita, muy contenta, ayudó al cazador a llenar de piedras la barriga del lobo. En algunas versiones, Caperucita pide socorro y el cazador mata al lobo con un hacha y la rescata justo a tiempo, antes de que el villano pueda comérsela. Aquí también hay una escena de seducción entre una doncella inocente a la que gusta coger flores y un animal astuto que la traiciona. Al animal le gusta comer niños, pero acaba con la barriga llena de piedras. Igual que a Amymona, a Caperucita la envían a hacer un recado útil, tiene problemas con un lobo por el camino, y se hace amiga de su salvador. Para un marciano, esta historia suscita preguntas interesantes. Él la toma en sentido literal, incluido el lobo que habla, aunque nunca haya visto ninguno. Pero, dado que ocurre, se pregunta por qué pasa todo eso y a qué clase de gente le pasa. He aquí sus pensamientos sobre la cuestión.

  Una reacción marciana

Un día, la madre de Caperucita la envió a llevar comida a su abuela pasando por el bosque, y por el camino, una niña se encontró con un lobo. ¿Qué clase de madre envía a una niña a un bosque donde hay lobos? ¿Por qué no lo hizo la propia madre, o por qué no fue con Caperucita? Si la abuela estaba tan imposibilitada, ¿por qué la madre la dejaba vivir sola en una cabaña tan lejos? Pero, si tenía que ir Caperucita, ¿cómo es que su madre nunca le había advertido que no se detuviera a hablar con los lobos? En el cuento queda claro que a Caperucita nunca le habían dicho que aquello fuera peligroso. En realidad, ninguna madre podía ser tan estúpida, o sea que parece como que a la madre no le importara mucho lo que pudiera pasarle a Caperucita, o quizás incluso quisiera deshacerse de ella. Y tampoco hay ninguna niña tan estúpida. ¿Cómo podía Caperucita mirar los ojos, las orejas, las manos y los dientes del lobo y seguir creyendo que era su abuela? ¿Por qué no salió de allí lo más rápidamente que pudo? Y además, ¡vaya una niña mezquina!, ¡recogiendo piedras para meterlas en la barriga del lobo! De todos modos, cualquier niña sincera, después de hablar con el lobo, indudablemente no se habría parado a coger flores, sino que se habría dicho: “ese hijo de perra va a comerse a mi abuela si no consigo ayuda deprisa.” Ni siquiera la abuela y el cazador están libres de sospecha. Si ahora tratamos a los personajes de esta historia como a personas reales, cada una con su propio guión, veremos cómo se enredan sus personalidades de forma evidente, desde el punto de vista marciano
 1. Evidentemente, la madre está tratando de perder a su hija «accidentalmente», o por lo menos quiere acabar diciendo: «¡Es terrible! Hoy en día no puedes siquiera pasear por el parque sin que algún lobo ... » etc.
 2. El lobo, en vez de comer conejos y cosas así, obviamente está excediéndose, y debe saber que por ese camino acabará mal, o sea que debe de querer crearse problemas. Evidentemente leyó a Nietzsche o a alguien parecido cuando era joven (si podía hablar y ponerse un gorro, ¿por qué habría de ser capaz de leer?), y su lema era algo así como “Vivir peligrosamente y morir gloriosamente.”
 3. La abuela vive sola y no cierra su puerta con pestillo, o sea que tal vez esté esperando que pase algo interesante, algo que no podría pasar si ella viviera con su familia. Quizás por eso no se trasladó a vivir con ellos, o por lo menos en una casa próxima. Probablemente era lo bastante joven como para desear aventuras, ya que Caperucita todavía era una niña pequeña.
4. El cazador es obviamente un libertador que disfruta manipulando a sus enemigos vencidos y ayudando a dulces niñas: claramente se trata de un guión de adolescente. Caperucita dice al lobo muy explícitamente dónde puede volver a verla, e incluso se mete en la cama con él. Evidentemente está jugando al «rapto», y acaba muy contenta de todo lo que ha pasado.
 5. La verdad es que todos los personajes del cuento buscan acción a casi cualquier precio. Si se toma en sentido el saldo final, todo este asunto era una maquinación contra el pobre lobo, por la que se le hacía creer que era más listo que nadie, utilizando a Caperucita de cebo. En ese caso, la moraleja de la historia no es que las niñas inocentes deberían apartarse de los bosques donde hay lobos, sino que los lobos deberían apartarse de las niñas inocentes y de sus abuelas; en resumen, un lobo no debería pasear solo por el bosque. Esto, además, suscita la interesante pregunta de qué hizo la madre aquel día después de librarse de Caperucita.

Berne, Eric: ¿Qué dice usted después de decir “Hola”?. Barcelona, Grijalbo, Pp. 58-59.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Un poco de aire fresco

Que bueno la gente que se expresa con sencillez, sentimiento, y transmite con claridad, dan ganas de vivir, Gracias sr. Paenza

viernes, 20 de abril de 2012

Bioenergetica

Realmente un libro excelente, medular en el trabajo de Lowen y en todo el desarrollo de su obra.
Muy bueno para cualquiera que realice trabajos relacionados con el cuerpo y la salud




BIOENERGÈTICA. DR. ALEXANDER LOWEN